20080511

Tercera Etapa Elche-Alicante

Esperando la salida

Nos reagrupamos junto al estadio Martinez Valero para salir de Elche

Los monitores. Simpatía y diligencia personificadas. Enhorabuena

Paula y compañía, representantes de Callosa del Segura en la Senda

En algunos momentos el sol se hacía notar. Como se ve, la vegetación es escasa
Llegando a El Rebolledo. Alicante al fondo

Pese a la escasez de agua, alguna planta florece

La paella

Buenííííííííísima

Paraje de El Rebolledo donde comimos

Laderas de la sierra de Fontcalent, aproximándonos a Alicante

Mosaico en las paredes del cementerio de Alicante. Fin de la etapa y de la Senda
Tumba de Miguel Hernández



Domingo 13 de abril, y se nota que es festivo por la mayor afluencia de gente que quieren o pueden hacer solo la última etapa de la Senda, debemos superar las 3.000 personas.

Hoy no se ha incorporado tampoco nadie a nuestro grupo. Llegamos los dos a la Universidad Miguel Hernández con tiempo suficiente para tomar un café y ver una estupenda exposición de fotografías que hay en el edificio principal sobre temas diversos acaecidos en la provincia de Alicante en los últimos años, mientras se organiza la salida que se produce aproximadamente en el horario previsto.

Nos dirigimos hacia el Este saliendo de Elche por los alrededores del estadio Martínez Valero caminando en zig-zag por caminos asfaltados entre chalets hasta alcanzar la parte alta de la autovía. Hemos dejado atrás las palmeras, olivos y almendros y estamos en pleno monte bajo, pedregoso y polvoriento, con unos pocos matorrales casi secos que nos recuerdan el tiempo que hace que no llueve en toda la zona. Avituallamos un par de veces la consabida fruta y líquidos que diligentemente la organización va repartiendo en puntos estratégicos y que tan bien nos sienta.

Un buen tramo camina con nosotros Teresa, que ayer recitó poemas en San Isidro, comentándonos la jornada de encuentro en torno al campo de concentración de Albatera que se celebrará el 26 de abril, así como detalles de la vida de M. Hernández , dando su particular punto de vista sobre algunos personajes políticos del momento.

En un paraje a las afueras de El Rebolledo, a la sombra de unos pinos, se han distribuido mesas y sillas y se ha preparado una paella gigante de carne, verduras y caracoles que está buenísima. Como todos los días, descorchamos nuestra botella de vino del Culebrón que hace resaltar los sabores todavía más si cabe.

Tras la comida, repartida y consumida con precisión cuartelera, un breve descanso y partida hacia Alicante. Es el último tramo y continuamos por el mismo terreno semidesértico que antes, estamos en las faldas de las sierras de Fontcalent. Al pasar junto a la cárcel, unos presos saludan al gentío desde las celdas agitando prendas por las ventanas, y un señor mayor de Madrid que iba a nuestro lado, nos cuenta las penalidades que pasó él en la cárcel cuando fue condenado por sindicalista en los años sesenta.

Hemos caminado 24 km al llegar al cementerio de Alicante, fin de la Senda del Poeta como anuncia una inscripción en la pared, y nos dirigimos a la tumba que está cubierta de flores y rodeada de gente y cámaras. De nuevo recital de poesía, destacando el esfuerzo que hace Sara, una chica americana estudiante de español, que balbucea como buenamente puede su propia composición en homenaje a Miguel Hernández. Queda un acto final de cierre de edición en el Instituto M. Hernández, pero nosotros nos despedimos aquí no sin antes felicitar a la organización por su impecable trabajo y amabilidad. Ha sido una experiencia agradable y positiva que intentaremos repetir el año próximo.

No hay comentarios: